NADA QUE VER poco tiene en común con los vinos a los que estamos habituados. Una singularidad (vino que consideramos extraordinario, raro, excelente, único y extravagante) que viene por ser el primer mono varietal elaborado con Maturana Tinta.
Un vino que refleja todo el carácter, fuerza y potencia de su variedad, que acompañado de los tostados de la madera nos metemos en un mundo de aromas desconocidos en Rioja. Violeta, Clavo, café, bombón de licor, notas balsámicas y mentoladas que nos hacen querer seguir explorando el mundo de esta variedad tan embriagadora.
TIM ATKIM: Nada Que Ver está siempre entre las expresiones más diferentes de la Maturana Tinta en Rioja. Pilar Torrecilla piensa que es la mejor añada hasta la fecha, con taninos suaves y aterciopelados, aromas de zarza y hierba cortada, elegante madera nueva y un final maduro y brillante.
15,08%
100% Maturana Tinta.
1222 días en barrica y 150 días de botella Roble francés, americano, europeo, tostado fuerte especial.
Guiso meloso de carne gelatinosa con una salsa densa y llena de sabor. Plato tradicional de la familia, que, cocinado a fuego lento, es todo un manjar, para exprimir al máximo los sabores de este vino y de su gran variedad (Maturana Tinta) que hace que no nos cansemos de comer y beber.
Por el mes de octubre comienza la vendimia manual de la Maturana tinta, momento mágico, cuya explosión de color invade la madera de las barricas en la cual fermentará durante unos cuantos días. Bazuqueos diarios, sin levaduras añadidas sino con sus propias levaduras, con una mínima intervención en todos sus procesos de elaboración. Convierten una pequeña uva en un potente vino.
Su camino solo acaba de comenzar, porque seguirá al abrigo de la madera durante muchos meses suavizándose hasta adquirir la complejidad que lo hace único como vino.” Cuya originalidad no pasa desapercibida”.
VISTA: Presenta un color rojo cereza picota muy intenso con reminiscencias violáceas que indica que todavía el vino mantiene su juventud.
AROMA: A copa parada es toda una explosión de matices y de sutiles fragancias A medida que vamos oxigenando el vino aparecen aromas extraordinariamente frutales, fruta madura y negra como grosella negra, mora, finas notas de flor de violeta, todo ello acompañado por dulces ahumados y acompañado por un fondo de hierbas aromáticas.
BOCA: Entrada amplia y voluminosa, fresca y afrutada con esas notas minerales tan características de nuestro terroir. Notas golosas, cacao, mentoladas, tanino graso y dulce muy fundido con la madera y un final largo y persistente que te invita a seguir bebiendo.
Destacada de esta cosecha su ciclo vegetativo, por la «excelente sanidad del viñedo, a nivel general, en la última fase del ciclo». Una vendimia que resultó ser la cosecha más temprana de la historia de Rioja, escasa y de gran calidad, caracterizada por la buena climatología que la acompañó al final del ciclo y por una mejora de las expectativas productivas que había inicialmente tras un año marcado por la helada y la sequía.
La correcta evolución vegetativa del viñedo y la ausencia de plagas o enfermedades de importancia permitió que el estado sanitario de la uva
Graduación media es ligeramente superior a la del año anterior, cabe destacar «una interesante diversidad en los vinos marcada en gran parte por las ajustadas producciones y por un resultado con un alto potencial para el envejecimiento. Encontramos vinos finos y elegantes con un complejo y marcado carácter.
La correcta evolución vegetativa del viñedo y la ausencia de plagas o enfermedades de importancia permitió que el estado sanitario de la uva.
Parcela “Camino Nájera”, plantada en 2005, doble cordón, de la variedad Maturana tinta en un suelo arcillo calcáreo y a 625 m de altitud.
Parcela “Aladrero”, plantada en 2010, doble cordón, de la variedad Maturana tinta en un suelo arcillo ferroso y a 650 m de altitud.
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